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COVID-19, Ejercicio, Niños y su Sistema Inmunitario en Desarrollo

April 14, 2020 by Shlomit Radom-Aizik, Ph.D.

Los informes epidemiológicos emergentes acerca del coronavirus (COVID-19) en niños, muestran que éstos son menos propensos que los adultos a infectarse y enfermarse gravemente. ¿Por qué los niños pequeños parecen ser menos afectados por el COVID-19?

Si bien actualmente no hay datos con base científica para responder a esta crucial pregunta, los investigadores han centrado sus hipótesis en el sistema inmune joven, las diferencias relacionadas con la edad en los receptores (enzima convertidora de angiotensina 2, ACE2) en el sistema renina-angiotensina (SRA) y en las respuestas inflamatorias alteradas de los niños a los patógenos. Específicamente, los niños parecen ser menos propensos a desarrollar una respuesta inmune peligrosa, a menudo denominada tormenta de citoquinas.

Debido a los fundamentales avances en la inmunología del ejercicio de las últimas décadas, se está haciendo evidente que muchos de los beneficios para la salud de la actividad física regular pueden estar directamente relacionados con la activación del sistema inmune. Los estudios muestran cambios en el sistema inmune relacionados con la edad a lo largo de la vida. En general, los niños sanos experimentan perturbaciones generales en el sistema inmunitario más pequeñas en respuesta a un estrés agudo, como por ejemplo, un ejercicio, y demuestran una recuperación más rápida de tales perturbaciones en comparación con los adultos. Existe alguna evidencia que también sugiere que los niveles de actividad física moderados a altos están asociados con una menor incidencia de infección y enfermedad en los niños.

El crecimiento humano es un proceso dinámico regulado por el ambiente hormonal y puede verse afectado por mediadores de la respuesta inmune. Lo que es particularmente intrigante es que muchas de las hormonas y mediadores involucrados en el crecimiento natural en los niños también parecen jugar un papel importante en las respuestas adaptativas a la actividad física y el ejercicio. Nuestro grupo en la Universidad de California en Irvine (UC Irvine) ha sido fundamental para demostrar las respuestas relacionadas con la edad al estrés/inflamación ocasionadas por el ejercicio en los niños. Hemos demostrado que muchas de las vías genómicas y epigenéticas identificadas en las células inmunes de los niños después del ejercicio están relacionadas con el crecimiento y la reparación, así como con la prevención de enfermedades. Si bien los mediadores inflamatorios a menudo se asocian con la obesidad y otras afecciones médicas, las investigaciones han demostrado que incluso entre los niños sedentarios y sanos, los niveles de mediadores inflamatorios son más altos que entre los que participan regularmente en deportes organizados.

En general, existe una creciente evidencia acerca de los efectos beneficiosos del ejercicio agudo y crónico (entrenamiento) sobre el sistema inmunitario del niño en crecimiento. Aunque todavía no tenemos datos basados en investigaciones sobre el efecto directo del ejercicio o el entrenamiento sobre la infección y el tratamiento de COVID-19, el asegurarnos de que nuestros niños mantengan su actividad física regular y ejercicio en un ambiente seguro es una estrategia importante para mantenerlos sanos y conservar el funcionamiento de su sistema inmunológico durante la situación actual de confinamiento en el hogar.

El Comité de Pediatría de Ejercicio es Medicina® del Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, por su acrónimo en inglés) desarrolló un folleto de distribución pública de la serie “Receta (Rx) para la Salud” para alentar a los padres a mantener a sus hijos en movimiento durante esta crisis. El folleto especifica que la actividad física puede proporcionar beneficios inmediatos como aliviar el estrés, disminuir los problemas de conducta, agudizar la concentración y estimular el sistema inmunológico. También comparte formas creativas en que los niños pueden mantenerse activos en interiores y exteriores (si fuera permitido).

Siempre recuerde que realizar alguna actividad es mejor que no hacer nada, y que toda actividad beneficia la salud. Entonces, ¡ayudemos a nuestros niños a mantenerse activos!


El autor, Shlomit Radom-Aizik, Ph.D., se desempeña como director ejecutivo en el Centro de Investigación en Salud Pediátrica, Ejercicio y Genómica de UC Irvine y como profesor asociado en el Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de UC Irvine. El Dr. Radom-Aizik es miembro del ACSM.

Traducido con el permiso del autor y del ACSM por:

José Moncada-Jiménez, Ph.D. Miembro del ACSM y profesor en la Escuela de Educación Física y Deportes e investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Movimiento Humano (CIMOHU) de la Universidad de Costa Rica. 21 de abril de 2020.

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